Las grandes unidades del Ejército que son parte de las operaciones contra el grupo terrorista que dirige Víctor Quispe Palomino, camarada José, en el valle de los ríos Apurímac, Ene y Mantaro (Vraem), afrontan serias deficiencias que afectan su eficacia.

En contraste con los despliegues mediáticos sobre el éxito de sus acciones para destruir a la organización criminal del Vraem, documentos secretos y reservados de las grandes unidades del Ejército filtrados por el colectivo de hackers Guacamaya desvelan gravísimas carencias, como reducción del personal militar, armamento que ha cumplido su vida útil, falta de munición para el entrenamiento y ausencia de equipamiento electrónico para acciones de inteligencia, entre otros. Ni siquiera hay suficientes chalecos antibalas ni cascos para proteger la integridad de los combatientes del Ejército.

En el caso de la 2ª Brigada de Infantería, la reducción de personal en este año “afecta principalmente en los elementos de maniobra que han sido asignados al Componente Terrestre de la 2ª Brigada de Infantería para ejecutar y realizar operaciones y acciones militares en la zona del Vraem en apoyo al Comando Especial Vraem (Cevraem)”, señala uno de los informes a los que tuvo acceso La República.

El menor número de efectivos golpea mucho en el ámbito de inteligencia, señalan los reportes: “Actualmente, el G-2 (Inteligencia) de la 2ª Brigada de Infantería, (desde) el punto de vista de inteligencia, se encuentra disminuida en cuanto al personal con la especialidad de inteligencia (oficiales, técnicos, suboficiales), debido a la reducida asignación del personal durante el personal durante el proceso de cambio de colocación AF-2022 (Año Fiscal)”. Al documento le acompaña un cuadro en el que se identifica la falta de efectivos de inteligencia por cada repartición militar, cuyo detalle no publicamos por razones de seguridad.

Al no contar con elementos militares entrenados, se afecta la inteligencia humana, la infiltración, la red de colaboradores e informantes, que son claves para combatir a un enemigo como la organización criminal Movilizado Partido Comunista del Perú (MPCP), cuyos integrantes se mimetizan con la población, explican los informes secretos y reservados.

Operaciones. Los documentos hackeados revelan las acciones secretas del Ejército contra el terrorismo en el Vraem. Foto: difusión

“La reducida asignación de personal especialista en inteligencia genera una disminución importante en el desarrollo de la Capacidad Militar de Inteligencia”, se explica en uno de los informes: “Esta situación viene generando un inadecuado funcionamiento de la inteligencia táctica, así como limitando el desarrollo de las categorías de inteligencia necesarias para el desarrollo de las operaciones y acciones que vienen conduciendo las unidades orgánicas de la 2ª Brigada de Infantería, como parte del componente terrestre de la IV División del Ejército”.

La exposición de estas deficiencias en la guerra contra la organización terrorista del camarada José, que sobrevive gracias a la alianza con organizaciones criminales del narcotráfico en el Vraem —la principal zona de producción de cocaína para la exportación—, no ha motivado una reacción del Ejecutivo y mucho menos del Congreso. El presidente de la Comisión de Defensa Nacional, Orden Interno e Inteligencia, el almirante en retiro José Cueto Aservi, no aceptó una entrevista con este diario.

Ni siquiera se cuenta con logística para Inteligencia de Imágenes (IMINT), “que se torna de carácter necesario por el tipo de terreno donde se realizan las operaciones” contra el MPCP, “lo que limita el adecuado funcionamiento del sistema de inteligencia en apoyo a las operaciones tácticas (...), asimismo, se requiere de una actualización y modernización del equipamiento del sistema de inteligencia”, precisan los informes.

Sin embargo, las autoridades militares del Vraem también destacan que cuentan con armamento que debe ser reemplazado porque ha cumplido con su tiempo útil.

“Las unidades operativas de la 2ª Brigada de Infantería desde hace más de 10 años (que) no reciben equipamiento básico (chaleco y casco). (Sin) estos artículos, (se) limita nuestro entrenamiento y nuestro accionar en las operaciones y acciones militares en nuestro sector (Vraem), poniendo en riesgo la vida y la salud de nuestro personal”, señalan los informes.

Tampoco pueden efectuar prácticas de tiro para la instrucción y entrenamiento porque del total de munición que se solicita, “normalmente se asigna a nuestra brigada entre el 10 y 20% de lo que se presenta en el requerimiento”, indican los reportes que evalúan la situación de las tropas que luchan contra el terrorismo.

Fragmentos de los informes militares donde se da cuenta de las falencias de las unidades del Ejército que participan en la guerra en el Vraem.

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